sábado, 13 de noviembre de 2010

Copulatio more ferarum

Abramos esta puerta donde todo se cierra. 
Saber que aquí somos, luna o llama, y ambos.
Sudar galaxias, caer como un péndulo
Donde reunidos son tu luz y mi espacio.


Corazón rubí, perversa santidad mía,
Roce de átomos que cuchichean y chocan.
Asceta de la aurora de esta carne
Donde la lógica de la sangre se desboca.

Aquí se dibuja el sueño de los ángeles
Que en la nube del éxtasis ascienden.
Humano, cada vez más humano y cerca
Del vértice donde los opuestos se entienden.


Caí porque caí, porque tú quisiste
Que al doblegarte, yo mismo me venciera.
Subí porque subí, porque tú te inclinaste
Y me doblaste sin prisa hacia la tierra.

Como dos esculturas que en amasijo se funden,
Hunden, levantan, exactas como dioses
Milímetros de piel, aroma de cielo
Donde los ríos del viento se conocen.


Fluir por este rayo de tiempo único
Donde tu año nuevo y mi tictac se abrazan,
Ritmo y fin, acabarse y ser únicos,
Donde pureza y pecado se hallan.

Divino reino de la guerra, al fin,
Guerra de epidermis y de sangre.
Sólo aquí los tratados y los dogmas
En este dulce ritmo se deshacen.

Del "Libro del dulce milagro"

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